The English game


Calidad general:
Calidad educativa:


IDEATORE: Julian Fellowes, Tony Charles, Oliver Cotton 
INTERPRETI: Edward Holcroft, Kevin Guthrie, Charlotte Hope, Niamh Walsh 
SCENEGGIATURA: Julian Fellowes, Tony Charles, Oliver Cotton 
PRODUZIONE: 42 
ANNO DI USCITA: 2020 
STAGIONI: Netflix 
PRIMA MESSA IN ONDA: Netflix 
DOVE SI PUÒ VEDERE ORA: de época, deportivo
GENERE: de época, deportivo 

Età cui è rivolta la serie (secondo noi): >12
Presenza di scene sensibili: no

ACONSEJADO POR ORIENTASERIE 

De la pluma de Julian Fellowes (el creador de la famosísima Downton Abbey), llega directamente a Netflix una miniserie de seis episodios que cuenta los orígenes del fútbol en Inglaterra a finales del siglo XIX. 

Pero no se trata de una epopeya deportiva, como podría parecer a primera vista. El principal interés de Fellowes sigue siendo, exactamente igual que en Downton Abbey, el de contar las relaciones entre las diferentes clases sociales del momento, que en este caso son principalmente la clase obrera y la aristocracia de los terratenientes. Entre los disturbios y las luchas sindicales, las tensiones se hacen tan fuertes que perseguir una pelota es para muchos un pasatiempo inútil y superfluo. Pero los que están en el campo no lo creen así. Para ellos ése es el verdadero campo de batalla donde tienen la esperanza de recuperar la dignidad de un enfrentamiento social  que se niega en otros lugares. 

Como siempre, Fellowes nos lleva a ambos lados de la barricada, eligiendo como protagonistas a Arthur Kinnaird, capitán de los Old Etonians y miembro de la Football Association (el grupo de londinenses adinerados que establecieron las reglas del fútbol y que en cierto modo tenían el monopolio del mismo), y a Fergus Suter, un obrero escocés que es contratado por el propietario de un molino de algodón en Darwen precisamente para ayudar al equipo de la ciudad con sus habilidades futbolísticas. Pero enseguida la serie se extiende abarcando las historias de otros personajes, muchos de ellos femeninos, que a su vez se enfrentan a los desafíos de la época.  

El resultado es un producto bien cuidado, fácil de seguir, imbuido de valores positivos y con una mezcla de ingredientes, desde el deporte hasta historias más sentimentales, que puede atraer a toda la familia. 

 

 

Profundización 

El trasfondo de The English Game es original e interesante: explorar los orígenes del juego popular por excelencia, remontándose a los tiempos en que era un pasatiempo predominantemente aristocrático. 

La atención no se centra tanto en el fútbol en sí (en realidad se muestran muy pocos partidos), sino en el sistema que lo rodea, que tiene un enorme valor simbólico y social. Un buen ejemplo de ello es el tema de la profesionalidad: Fergus y su amigo Jimmy Love son los únicos trabajadores de Darwen que reciben una paga extra por jugar al fútbol. Al propietario del molino de algodón le parece un trato justo, ya que trajo a los dos de Escocia específicamente para dar al equipo de la ciudad una oportunidad de ganar la Copa FA. Pero sus compañeros no están de acuerdo. ¿Por qué se paga a alguien para que juegue? ¿Qué relación tendrá con el resto del equipo? ¿Qué les impedirá acudir al mejor postor? 

Y el dilema, en lugar de resolverse fácilmente, crece de episodio en episodio hasta chocar con las reglas establecidas por la Football Association que, al prohibir expresamente cualquier tipo de profesionalidad, impedía implícitamente que los equipos formados por trabajadores que tenían que someterse a agotadores turnos de trabajo compitieran en igualdad de condiciones con rivales acomodados mucho mejor alimentados y entrenados. 

Un mundo atravesado por fuertes tensiones sociales

El juego se convierte así en el espejo de un mundo atravesado por fuertes tensiones sociales, en el que no existe una división maniquea entre “buenos” y “malos”, sino una necesidad generalizada de cambio y una falta de medios para lograrlo. Desafiarse en el campo de fútbol puede no resolver los problemas de desigualdad, pero sí significa reconocer en el otro un interlocutor con igual dignidad. 

Muy ilusionante, desde este punto de vista, resulta el recorrido de Arthur Kinnaird: en el primer episodio, gracias a su posición social, el personaje resulta seguro de sí mismo y casi arrogante, pero, a medida que avanza la serie se ve cómo su nobleza no es sólo exterior sino interior, lo que lo empuja a tomar valientes decisiones incluso contra sus propios compañeros de equipo. 

Desempeña un papel decisivo en el recorrido de Kinnaird su joven esposa, que es un buen ejemplo de la importancia de los personajes femeninos en esta serie: sus historias se desarrollan en silencio junto a los personajes más públicos» de los hombres, y a menudo giran en torno a los temas del matrimonio y la maternidad, pero demuestran una fuerza tal que influye en sus maridos o compañeros y repercute en el mundo en general.  

Una notable estética de la reconstrucción histórica

Muchos de los puntos fuertes de la serie son, en conclusión, los que han llevado al público a amar Downton Abbey, incluyendo la notable estética de la reconstrucción histórica y los trajes. Pero, en este caso, sientes que la respiración es más corta. Tal vez sea porque en lugar de seis temporadas son seis episodios, los personajes son mucho más predecibles y la elección «correcta» a veces parece un poco obvia, especialmente en los últimos episodios. En resumen, falta en cierto modo esa delicada sofisticación que se podría esperar del Fellowes de Downton Abbey y que podría ser echada en falta por el público más exigente. 

A pesar de ello, es un buen producto familiar que subraya el valor positivo tanto del deporte como de las relaciones familiares, y puede ciertamente atraer a una amplia audiencia. 

Giulia Cavazza 

 

Temas de discusión 

  • El deporte, como oportunidad de redención personal como un terreno en el que se libran batallas sociales
  • La familia y, especialmente, la maternidad en sus diversas formas (la falta de hijos, la maternidad vivida o la no deseada)
  • Las desigualdades sociales en la Inglaterra de finales del siglo XIX y la lucha por el reconocimiento de los derechos.