RECOMENDADA POR ORIENTASERIE
El Imperio sigue expandiéndose por la Galaxia y su organización es cada vez más capilar: no sólo existen los ya clásicos stormtroopers, los soldados todos blancos e iguales, que garantizan el orden, ni tampoco sus oficiales. Policías, guardias, prisiones electrificadas: el universo que muestra esta serie parece ampliar el conocido por los fans de Star Wars. Pero en lugar de expandir este universo, ya de por sí vasto, Andor profundiza desde una óptica que no es la de la Fuerza, ya sea luminosa u oscura. Al contrario, la entidad que mantiene en equilibrio el destino de la galaxia ni siquiera se menciona, y lo mismo ocurre con los Jedi y los Sith.
Por eso Andor es una serie dirigida no sólo a los fans de la saga Star Wars, sino a un público más amplio. Droides, pistolas láser y naves espaciales son los únicos reclamos de ciencia ficción en una serie que sitúa al ser humano en el centro de la historia: Cassian Andor es un eterno emigrante, rescatado de un planeta destruido y que desde entonces huye del Imperio y de sí mismo. De hecho, Cassian no es un héroe: es un ladrón que intenta al mismo tiempo salvar y vender caro su pellejo mientras sobrevive en una galaxia hostil. Nunca se ha impuesto ningún tipo de moral y, de hecho, yerra desde el primer episodio, atrayendo la atención del Imperio hacia él. Pero además, los autores parecen sugerir que no puede haber reglas de conducta para alguien que nunca se ha sentido parte de nada: sólo cuando se acerca a la Rebelión, tras un golpe que sale mal, Cassian empieza a preguntarse cuál es su papel en la Historia de la Galaxia.
La serie, salvo algunas escenas de violencia dentro de los límites del género, está dirigida a todos los públicos y puede verse también en familia. Un consejo: la historia empieza lenta, presentando muchos personajes y ambientes, por lo que hay que tener paciencia en los primeros episodios.
La serie sirve de precuela a una de las películas más queridas por los fans de Star Wars: Rogue One: A Star Wars Story (2016, dirigida por Gareth Edwards), el primer spin-off de la saga ambientada «en una galaxia muy, muy lejana». El guionista de la película, Tony Gilroy, conocido por El abogado del diablo y otra famosa saga cinematográfica –Bourne-, fue llamado para ser el showrunner de Andor en un difícil intento de recuperar la atmósfera de Rogue One en una serie de televisión dedicada a uno de sus protagonistas: el espía-soldado de la Rebelión Cassian Andor.
Rogue One había cautivado al público por su distanciamiento de las últimas producciones de Lucasfilm, demasiado centradas en duelos de sables láser y usos acrobáticos de la Fuerza, pero sobre todo en el dualismo Jedi/Sith. Los fans llevaban tiempo pidiendo una historia que ahondara en el universo Star Wars y no en sus héroes clásicos. De ahí la idea ganadora de Tony Gilroy de centrarse en un viejo tema de John Knoll, supervisor de efectos especiales de la saga desde el último capítulo de la trilogía original (El retorno del Jedi, 1983, dirigida por George Lucas) -una curiosidad, Knoll es también el creador de Photoshop-. Su tema proponía la historia detrás del robo de los planos de construcción de la Estrella de la Muerte, la enorme nave espacial del tamaño de una luna capaz de destruir todo un planeta con su rayo destructor.
En la película, Cassian Andor llega a sacrificarse para que la misión se cumpla. Tony Gilroy y Diego Luna, quién interpreta a Cassian en la serie y a quien Gilroy interrogó durante la fase de escritura, centraron el desarrollo del personaje de Andor en el arco de transformación que podría tener un antiguo ladrón que decide sacrificarse por un futuro mejor. Un tema que también retorna en otros personajes de la serie: sobre todo, uno de los fundadores de la Alianza Rebelde, Luthen Rael, excelentemente interpretado por Stellan Skarsgård, mentor y a la vez doble dramatúrgico de Cassian, a quien los autores otorgaron el monólogo más emotivo de la serie, en el que se habla del coste del sacrificio: «Quemo mi vida para hacer surgir un amanecer que sé que nunca veré».
La actuación de Skarsgård es sólo una de las excelentes pruebas interpretativas que ofrece la serie: Diego Luna, que regresa como Cassian Andor, demuestra que domina la interpretación del personaje, mostrando lados de él que habían permanecido ocultos en Rogue One. También merece una mención Andy Serkis, el polifacético actor experto en la interpretación por captura de movimiento, gracias a la cual fue capaz de encarnar a Gollum en la saga de El Señor de los Anillos, a King Kong en el remake homónimo de 2005 y a otros muchos personajes de ficción renderizados gracias a la tecnología. En Andor, Serkis actúa en cambio con su propio rostro, como ya había hecho en otra saga de éxito (Vengadores). Esta vez, sin embargo, Serkis pudo interpretar un papel muy profundo, el de un prisionero a cargo de su propio departamento en trabajos forzados, mostrando lo difícil que es abandonar un mundo conocido y acostumbrado, aunque sea una prisión.
Claudio F. Benedetti
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