Que Dios nos ayude


Calidad general:
Calidad educativa:


IDEATORE: Carlotta Ercolino, Elena Bucaccio, Mauro Graiani, Andrea Valagussa
INTERPRETI: Elena Sofia Ricci, Valeria Fabrizi, Francesca Chillemi, Diana Del Bufalo, Gianmarco Saurino
SCENEGGIATURA: Elena Bucaccio, Umberto Gnoli, Silvia Leuzzi e altri
PRODUZIONE: Lux Vide, Rai Fiction
ANNO DI USCITA: 2011 - in corso
STAGIONI: 7 (132x50-60’)
PRIMA MESSA IN ONDA: Rai1
DOVE SI PUÒ VEDERE ORA: RaiPlay
GENERE: comedia dramática

Età cui è rivolta la serie (secondo noi): para todos
Presenza di scene sensibili: ninguna

RECOMENDADA POR ORIENTASERIE

En su sexta temporada, Che Dio ci aiuti (Que Dios nos ayude) cuenta la historia de Sor Ángela (nombre civil, Lorenza Rapetti), una monja poco convencional con un pasado difícil, y de las personas que giran en torno al convento donde vive.
Concebida inicialmente como una versión femenina de Don Matteo -otro gran fenómeno televisivo italiano realizado por la misma productora-, la primera temporada de Che Dio ci aiuti compartía la misma fórmula: una mezcla de comedia y misterio, con Sor Ángela que, en cada episodio, se veía envuelta en un caso criminal y acababa cooperando con la policía para resolverlo. A partir de la segunda temporada, sin embargo, la serie cambió de rumbo, alejándose cada vez más del modelo de Don Matteo y encontrando su propia declinación específica, que se centra en gran medida en la comedia y en el relato de los problemas y la vida privada de los diversos personajes (en su mayoría mujeres) que gravitan en torno al Convento de los Ángeles.
A pesar de los ajustes y cambios en la estructura narrativa, a lo largo de los años Che Dio ci aiuti nunca ha venido a menos en sus premisas y puntos fuertes: una protagonista empática y decidida, pero no exento de defectos o fragilidad; una acertada mezcla de drama y comedia (predominante); la presencia de un mensaje moral fuerte y explícito; el cruce de líneas narrativas que tienen a los adultos como protagonistas con otras que, en cambio, giran en torno a niños y jóvenes. Este último elemento hace de Che Dio ci aiuti un producto abiertamente inclusivo, dirigido a un público familiar.

 

 

Profundización

A lo largo de las diferentes temporadas, Que Dios nos ayude ha sufrido varios cambios: el formato, la localización (Módena en las dos primeras temporadas, Fabriano de la tercera a la quinta temporada y Asís en la sexta) y, sobre todo, el reparto. A lo largo de los años, muchos personajes e historias se han encontrado y enfrentado con el trasfondo del Convento de los Ángeles. Sin embargo, lo que no ha cambiado es el núcleo duro de la serie, formado por la hermana Angela (Elena Sofia Ricci), la madre superiora Sor Costanza (una divertidísima Valeria Fabrizi) y Azzurra Leonardi (Francesca Chillemi), una chica de buena familia a la que le encantan los zapatos y la ropa bonita y que poco a poco va revelando una sensibilidad y una profundidad inesperadas, convirtiéndose en uno de los personajes más queridos por el público. Juntos, estos tres personajes forman una mezcla explosiva, que -entre continuos gags y rápidas réplicas- asegura gran parte de la diversión y la comedia de la serie.

Vida nueva y el traslado del convento a Asís

El punto de partida de la sexta temporada -que se ha emitido a partir de enero de 2021 en RaiUno- es el traslado del convento a Asís, lugar de nacimiento de Sor Ángela, que despierta en ella muchos recuerdos de su pasado. En ella, Ángela lucha por recuperar la relación con su padre, un enfermo terminal que la había repudiado por su pasado delictivo y que nunca ha podido entender su vocación. Azzurra -después de la tragedia que, al principio de la quinta temporada, puso su vida patas arriba- emprende el camino para convertirse en novicia y elige cuidar de Penny, una niña que acaba de perder a sus dos padres y que, después del accidente, no ha vuelto a decir ni una palabra. La relación entre ambas no empieza de la mejor manera, pero Azzurra no tiene intención de rendirse, porque -como descubrimos en el primer episodio- ella y Penny tienen un vínculo muy profundo. En esta nueva temporada también encontramos a los personajes de Nico (Gianmarco Saurino) y Ginevra (Simonetta Columbu), que, a un paso del matrimonio, deciden tomarse un descanso para permitir que la chica «crezca» y experimente el mundo. También vuelve a la serie Mónica (Diana del Bufalo, ya presente en la cuarta temporada), que tras ser abandonada por su marido, tiene que encontrar la manera de volver al ruedo, retomando su trabajo y recuperando la confianza en sí misma. Entre los nuevos personajes, además de Penny, encontramos a Erasmo (Erasmo Genzini), condenado por tráfico de drogas y obligado a realizar trabajos comunitarios en el convento, y a Carolina (Isabella Mottinelli), la nueva camarera del Angolo Divino, que esconde más de un secreto.

Historias tranquilizadoras, ligeras, pero no exentas de contenido

Como en las temporadas anteriores, Que Dios nos ayude continúa con su acertada mezcla de tramas horizontales, que tienen como protagonistas a los habitantes del convento, y verticales, que terminan en el transcurso de un solo episodio y que abordan los temas más dispares: desde el abandono de un hijo recién nacido hasta las dificultades de permanecer cerca de un enfermo, pasando por el sentimiento de culpa o la pérdida de memoria, situación de la que todos, incluso los que nos quieren, pueden aprovecharse. Entre nuevos amores y parejas que se rompen, misterios que acechan el pasado de los personajes y nuevos retos, el regreso de Que Dios nos ayude es una demostración más de lo mucho que los espectadores de la televisión italiana siguen necesitando historias tranquilizadoras, ligeras, pero no exentas de contenido, y sobre todo abiertas a una dimensión espiritual y trascendente.

Cassandra Albani

 Temas de discusión:

  • La capacidad de reinventarse y de estar abierto a lo nuevo, acogiéndolo con una actitud valiente y proactiva;
  • Los fantasmas que resurgen de nuestro pasado y a los que hay que enfrentarse para comprender realmente quiénes somos;
  • La necesidad de hacer siempre lo correcto, a pesar de los sacrificios y el compromiso que pueda requerirnos.