La Edad Dorada


Calidad general:
Calidad educativa:


IDEATORE: Julian Fellowes
INTERPRETI: Carrie Coon, Morgan Spector, Louisa Jacobson, Denée Benton, Christine Baranski
SCENEGGIATURA: Julian Fellowes
PRODUZIONE: Neamo Film and Television, Universal Television
ANNO DI USCITA: 2022
STAGIONI: 1 (9x46-80')
PRIMA MESSA IN ONDA: HBO Tv
DOVE SI PUÒ VEDERE ORA: Sky/Now Tv
GENERE: Drama de época

Età cui è rivolta la serie (secondo noi): >14
Presenza di scene sensibili: ninguna

Julian Fellowes, creador de la célebre serie Downton Abbey, pero también de Belgravia y The English Game, hace que vuelvan a la pantalla los palacios señoriales y las convenciones sociales que caracterizaron sus anteriores obras, transportándolas por primera vez al extranjero, a la Nueva York de 1882. Nos encontramos en el período histórico que Mark Twain bautizó satíricamente como «La Edad Dorada», treinta años de increíble prosperidad económica pero que fueron también acompañados de corrupción política y capitalismo desenfrenado.
La serie, gracias también a la importante financiación de la HBO, consigue llevar a la pantalla la magnificencia de los vestidos y los palacios, así como las tensiones que desequilibran las rígidas normas sociales de la época. Y si en Downton Abbey la historia se desarrolla entre los muros de una casa, con sus diferentes estratos sociales (el señorial y el reservado a los criados), aquí las tensiones se concentran en una calle concreta de Nueva York.
Como suele ocurrir en el trabajo de Fellowes, la narración es predominantemente coral, pero el personaje que capta inmediatamente la simpatía del público es la joven Marian Brook que, tras quedar huérfana y sin dinero (su padre dilapidó su fortuna), se traslada a la ciudad con sus tías, exponentes de la vieja aristocracia. Justo enfrente de ellos, acaba de surgir la familia Russel, una familia burguesa cuya fortuna crece tan rápido como el ferrocarril, y que ha decidido que ha llegado el momento de ser admitida en la alta sociedad, aunque ésta todavía los mira con desdén.

 

Profundización

Aunque el foco de atención ya no está en el seno de una familia, sino en el de la sociedad, el gran dilema central de La Edad dorada es el mismo que, en diversas formas, se encuentra en todas las obras de Fellowes: la oposición entre tradición e innovación, el choque entre un mundo nuevo en implacable ascenso y un mundo viejo pero todavía firmemente al mando.

Un mundo tan familiar como casi predecible

Es sobre todo esta similitud temática, así como una notable proximidad estilística (no en vano el director Micheal Engler ya dirigió la primera película de Downton Abbey y varios episodios de la serie), lo que da la sensación de encontrarse en un mundo tan familiar como casi predecible. Por supuesto, se explotan elementos innovadores propios del contexto estadounidense: el mejor ejemplo es probablemente el de la aspirante a escritora afroamericana Peggy Scott, que intenta abrirse camino en un mundo que sigue siendo profundamente racista. Pero son sobre todo los jóvenes los que instan al cambio, deseosos de romper las barreras preexistentes, muchas veces incomprensibles, dividiendo así a sus padres y, sobre todo, generando divisiones en la familia Russel.
Empresarios de éxito en el negocio del ferrocarril, los Russel son el motor de la historia: saben que son más ricos que todos sus vecinos y lo único que desean es poder comprar con su dinero el respeto de la alta sociedad neoyorquina. Mientras los padres persiguen firmemente su ambición, un joven aristócrata pone sus ojos en su hija menor, atraído por la dote de la chica y la posibilidad de ocultar una relación homosexual tras un matrimonio de conveniencia.

La fachada dorada de la sociedad

La marca de la HBO no se encuentra, por una vez, de manera explícita en las escenas, que resultan muy equilibradas, sino en la violencia oculta (pero tampoco demasiado violenta) tras la fachada dorada de la sociedad. Estamos muy lejos de las buenas intenciones que movían a casi todos los protagonistas de Downton Abbey: la necesidad de seguridad económica y la inclusión social parecen ser los únicos objetivos concebibles, hasta el punto de que cualquier soplo romántico parece inmediatamente fuera de lugar. El único personaje que consigue por un momento hacerlo creíble es Marian Brook, en la buena interpretación que hace Louisa Jacobson (la hija menor de Meryl Streep), así como algunos pequeños atisbos que se dejan ver de la vida de los criados.
Pero si Downton Abbey se basaba precisamente en la relación entre el piso superior y el inferior de la casa (los señores y los criados) aquí el foco del relato está desequilibrado a favor de la clase señorial, mientras que sus criados, como tantos otros elementos del relato, parecen más un homenaje a su ilustre predecesor que una verdadera necesidad narrativa.

Giulia Cavazza

Puntos de discusión:

  • El conflicto entre tradición e innovación en el Nueva York de finales del siglo XIX.
  • La relación entre las oportunidades económicas y la movilidad social.
  • El racismo en su aspecto tanto cultural como personal.