En Hong Kong, las vidas de tres mujeres «expatriadas» se entrelazan inexorablemente a raíz de una tragedia. Margaret, interpretada por Nicole Kidman, es la esposa de un rico hombre de negocios y madre de tres hijos. Su existencia da un vuelco cuando su hijo menor, Gus, desaparece durante un paseo por el mercado nocturno de la ciudad. Hillary, de origen indio y con un matrimonio en crisis, es vecina y amiga de Margaret. Mercy, por último, es una chica estadounidense de ascendencia coreana. Tras licenciarse en la Universidad de Columbia, se trasladó a Hong Kong en busca de su propio camino, acabando haciendo malabarismos con trabajos precarios como camarera o niñera. Ella se encontraba con Gus en el momento de su desaparición, de la que se siente responsable, y tras la tragedia se convierte en la amante del marido de Hillary.
Utilizando la desaparición de Gus como punto de partida y de colisión, Expatriadas es una serie que aborda temas complejos con una mirada sincera y nunca morbosa, con una dirección virtuosa pero siempre al servicio de las interpretaciones de los protagonistas y con el telón de fondo de un Hong Kong caleidoscópico y lleno de contradicciones.
El término «expatriadas», ampliamente difundido y utilizado en la actualidad, indica la condición de una persona que se traslada a un país distinto del suyo de origen, movida no tanto por una necesidad ineludible (como la supervivencia física), sino más bien por el deseo de adquirir nuevas experiencias o aumentar su prestigio social o económico. Margaret, Hillary y Mercy -a pesar de sus diferentes orígenes- son precisamente tres expatriadas a las que el traslado a Hong Kong no ofrece nuevas oportunidades, sino que contribuye a exacerbar heridas y problemas que arrastran desde hace tiempo. Margaret, por ejemplo, dejó su casa y su trabajo en Estados Unidos para seguir a su marido a una nueva oportunidad laboral, que acabará arrebatándole lo que más aprecia en el mundo. Hillary y Mercy, por su parte, se caracterizan por una relación conflictiva con sus familias de origen, que inevitablemente acaba influyendo en sus elecciones y relaciones sentimentales.
En sólo seis episodios, Expatriadas es una serie breve que aborda multitud de temas complejos, sin optar nunca por la salida fácil. En primer lugar, el tratamiento del duelo, que plantea una pregunta terrible: ¿es preferible la peor de las respuestas o la ausencia de respuestas? La serie plantea la duda sin ofrecer soluciones fáciles, sino escenificando las distintas reacciones de los protagonistas: por un lado, el padre de Gus, que busca alivio refugiándose en una fe en la que -hasta ahora- nunca había confiado; por otro, Margaret, cuyo amor visceral por su hijo se manifiesta en su incapacidad física y psicológica para abandonar la búsqueda y seguir adelante, a costa de sacrificar el bienestar de la familia que le queda. Nicole Kidman continúa por la senda de las miniseries dramáticas (de Big Little Lies a The Undoing, de Nueve perfectos desconocidos al último éxito de Netflix, La pareja perfecta), ofreciendo una interpretación magistral de una mujer que lucha a diario por no desmoronarse.
Luego está el tema de la culpa y la responsabilidad. La desaparición de Gus se produce por un trágico error de distracción, pero todos se apresuran a culparse unos a otros y a culparse a sí mismos, generando un círculo vicioso que impide a cualquiera seguir adelante y creer en la posibilidad de volver a ser feliz.
En cuanto a las relaciones, la serie aborda el tema de la maternidad (perdida, buscada y negada) y cómo ésta está fuertemente influenciada por la relación que las protagonistas tuvieron y tienen con sus madres. También está el tema de la relación entre empleadores y trabajadoras domésticas. En un entorno socialmente elevado, en el que ambas partes viven bajo el mismo techo y en el que los criados están al tanto de todos los secretos de las familias para las que trabajan (a menudo llegan a desempeñar el papel de confidentes, aliados o incluso padres putativos), ¿cuál es la frontera invisible que no se puede cruzar?
Aunque gran parte de los acontecimientos de la serie se desarrollan en los pisos superiores de complejos de lujo -todo cristal y acero-, Expatriadas no rehúye mostrar también las tiendas abarrotadas, las calles rebosantes de humanidad, los pisos diminutos y oscuros de Hong Kong, donde la gente corriente intenta salir adelante como puede. Ejemplos de ello son las referencias a la llamada Revolución de los Paraguas de 2014 y, sobre todo, el episodio 5, de hora y media de duración, en el que -durante un tifón de verano- se entrecruzan las vicisitudes de familias muy ricas y de las clases menos acomodadas, todas lidiando con la misma lluvia y el mismo tormento.
Cassandra Albani
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